domingo, 25 de diciembre de 2011

Leonardo

Cierta ironía que observo en tu cabeza erguida,

recién salida de la concha después del sueño,

es la lejanía con que el sabio mira a las hormigas,

la lentitud de quien sabe la muerte congelada.

Por todo alimento, una ración de insectos diminutos,

y un estrecho horizonte de orillas fangosas.

Entre el agua y la piedra transcurre tu existencia,

que envidio de entre todas las de los seres terráqueos.

Pienso: si la dicha existiese, esto sería,

oh estoico amigo, Diógenes acuático.


sábado, 17 de diciembre de 2011

El poema


El poema es un eco.

Una flor yuxtapuesta.

Un sonido de grutas sin liquen.

Una perla que oculta cadáveres.

Una herida en formol disecada.

El poema es un agua.

Produndez. Turbiedad. Cañerías

de sangre a presión y diástole.

Un tampón de saliva reseca.

Lengua y labio. Arena y desierto.

El poema es un fuego.

Mil cerillas o dedos palposos.

Combustión que se arde a sí misma.

Un calor gaseoso en la pelvis.

La bombilla que alumbra mi nada.