lunes, 1 de abril de 2013

Epitafio

Qué solidez de piedra consumada
qué avaricia de pájaros estólidos
tanto morir para vivir apenas
envueltos en plumajes funerarios

cuánto silencio y trazo cuánta insidia
veneno de luciérnagas silentes
que destilan cal y tierra disecada
y sudan pestilentes elixires

qué cándida blancura de las letras
que cuentan las palabras como dientes
y ese fulgor de mármol retraído
gruta y útero de estalactitas ciegas

cuánto amor abonando los helechos.

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