El gran escritor italiano vivió la última etapa de su vida como un verdadero apasionado de la Vida y del Espíritu:
Bitácora de Tomás Salas con textos de varia lección y comentarios de amigos y amables curiosos.
El gran escritor italiano vivió la última etapa de su vida como un verdadero apasionado de la Vida y del Espíritu:
No usar adjetivos sensitivos
ni verbos en primera persona.
No mostrar
sentimientos, como suelen
los influencers y los pobres románticos.
(Si alguno se permite,
que sea la ironía.)
Nunca citar a un
escritor que haya vendido
más de 10 ejemplares.
Considerar a los
lectores -sobre todo a los propios-
como a un atajo de
ilusos: lo que son.
Saber que incluso la
Vanguardia
acaba en Academia y
tesis doctoral.
Dejar que la palabra fluya con su hiel
y su áspera dicha, sin retóricas.
Esperar que mi obra asome al fin
(a esto llaman posteridad los entendidos.)
en alguna librería de viejo polvorienta
o en el
contenedor del reciclado de papel.
Todas estas cosas
-y algunas que me callo-
son las que me impongo para ser
un poeta maldito.