miércoles, 1 de junio de 2022

A una dama curiosa y asombrada

 Pretendió conocer una señora,

de su galán, la dote que escondía,

por insano placer, por ver ahora

lo que, en breve, de catar habría.


Descorrido el velo del misterio,

salió a la luz tamaña maquinaria,

portento de natura, gatuperio

de hechuras, sin duda, estrafalarias,


que sumióse la dama en un arrobo

de éxtasis y espanto. Alucinada

(oh visión terrible, mas hermosa),


exclamó la señora de este modo:

si traspasa mi ser tamaña daga,

¡oh cielos, muerta soy, pero dichosa!