Avisados por el Ángel,
buscan al Niños
los Reyes,
entre tanto
laberinto
de caminos y
pesebres.
Melchor no saber
por dónde.
Gaspar piensa
que se pierden.
Baltasar, por
fin, decide
echar mano a un
gepeese,
que instalado en
su camello
llevaba desde
hace meses.
Pero tampoco
funciona
el aparatejo
ese.
Con tanto lío de
estrellas
se estropean los
satélites
y los wifis se
dislocan.
¡Pues también es
mala suerte!
Por fin, se
encuentran al Ángel
del anuncio, que
se vuelve
para su nube,
después
de tanto
tejemaneje.
Él les indica el
camino
de Belén y, al
cabo, pueden
ver la Gloria
hecha criatura.
bien están los
artilugios;
pero guías, ¡los
de siempre¡
Tomás
Salas
Navidad de 2020
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