Amor
nos queda: ilustre pergamino,
antiguo
y mancillado.
Trazábamos
con tinta,
sobre
su rugosa pátina,
el
bullir desbocado
de las
pobres hormonas
disfrazadas
de églogas y lunas.
Amor
nos queda: lujo de otro tiempo.
Ni el silencio ni la Bestia
Ni el silencio ni la Bestia
acallarán
su queja.
Lo único que nos llevamos de este mundo, el amor que nos dan y el que damos. Todo lo demás se queda.
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