La tarde tiene una ácida lentitud de motor oxidado.
Por el parque pían los pájaros sin sentido alguno
y juegan al fútbol futuros esqueletos.
Decididamente:
o leí al viejo Eliot con demasiado aliento,
o no me sentó muy bien el café de las cuatro.
sábado, 22 de agosto de 2009
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