lunes, 18 de abril de 2011

Meditación al entrar en un W.C. que llaman unisex y oír un chorrito que presiento femenino





Entréme un día a un mingitorio, en donde


(unisex se llama ahora, por mal nombre)


efebos y canéforas comparten


la evacuación de sus innobles partes.


Líquidos y sólidos y gases pestilentes


segrega aquí todo tipo de gente.


De varios sexos, edades y nación,


se igualan en la misma condición.


Sumido en este trance igualitario


(hay que ver lo que inspira un urinario)


abierta la rendija, callado y escondido,


me llega un sinfónico sonido


que, por su fuerza, eco y desatino,


supongo juvenil y femenino


no sé por qué. Líquido beso,


catarata que cae por su peso,


chorrito cantarino que sugiere


tras de sí delicias y placeres,


se mezcla en una cálida armonía


con el agua olorosa de lejía.


En este oculto y grato gineceo


tan dulce música y plácido goteo


numen es que me eleva hasta las nobles


esferas de músicas acordes.


Manadero de humedades escondidas,


hontanar oculto, gruta presentida,


si tal es la delicia del torrente,


¡cómo ha de ser el caño de la fuente!


2 comentarios:

  1. Pues a mí me parece sencillamente estupendo, divertido, ingenioso, claro y a nadie ofende. Solo una sugerencia: yo pondría sifónico en vez de sinfónico, porque lo primero evoca cañerías y líquidos y lo segundo me ha evocado, en primera lectura, ruidos de ventosidades que no eran el caso. Enhorabuena.

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