Como el aire concentra sus semillas
ardientes
quiero hacer de las cosas una materia
franca
un montículo exacto de abrumada ternura
voy buscando y no hallo la luz de este
dilema
y cada vez que ausculto la fiebre de mi
lápiz
y cada vez que entrego mi tacto a la
molicie
de tanto amor y tanta saliva disecada
me encuentro con la silla vacía y sin sombrero
con pájaros volados y esqueletos de
oruga
y con la mesa llena de objetos
antipáticos.
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