martes, 19 de agosto de 2014

La esperanza

Lo presiento:
todo esto
en el caos
está a punto
de caer.
¡ Ay los viejos
engranajes
de este mundo
tan chirriado
de oxidado!
Cada pieza
de la extraña
maquinaria
moribunda
supurando
inquietante
negra bilis; 
reumática,
incurable.
Sin embargo,
sin amago
de tristeza,
apercibo
la invisible
mano alada
sosteniendo
estas ruinas,
dando forma,
dando luz
a este polvo
sin consuelo.
Y  tocándome
a mí al fin,
pobre insecto
de este enjambre
catastrófico,
con un gesto
de ternura
que acaricia
mi vacío,
que sutura
mis heridas
con un bálsamo
al que llaman
esperanza.


No hay comentarios:

Publicar un comentario