miércoles, 10 de agosto de 2011

A una dama que agachóse a recoger su pañuelo

Dos cervatillos saltarines que pacen entre los lirios del campo
CANTAR DE LOS CANTARES

Agachóse una dama a recoger
un pañuelo caído. ¡Oh providencia
de las causas ocultas! Sin querer
alcanzaron mis ojos las turgencias

que, elevadas ha un momento, le caían
y, en dulce balanceo y armonioso
vaivén, firme mostraban bizarría
de cervatillos saltarines y gozosos.

Si Natura pudo hacer tan bien compuestas
colinas de oscuras perlas coronadas,
¿por qué, oh adversa fortuna sin consuelo,

tan brevemente a luz fueron expuestas
y a su claustro tornaron, recatadas,
cuando ella hubo cogido su pañuelo?

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