Dos cervatillos saltarines que pacen entre los lirios del campo
CANTAR DE LOS CANTARES
Agachóse una dama a recoger
un pañuelo caído. ¡Oh providencia
de las causas ocultas! Sin querer
alcanzaron mis ojos las turgencias
que, elevadas ha un momento, le caían
y, en dulce balanceo y armonioso
vaivén, firme mostraban bizarría
de cervatillos saltarines y gozosos.
Si Natura pudo hacer tan bien compuestas
colinas de oscuras perlas coronadas,
¿por qué, oh adversa fortuna sin consuelo,
tan brevemente a luz fueron expuestas
y a su claustro tornaron, recatadas,
cuando ella hubo cogido su pañuelo?
CANTAR DE LOS CANTARES
Agachóse una dama a recoger
un pañuelo caído. ¡Oh providencia
de las causas ocultas! Sin querer
alcanzaron mis ojos las turgencias
que, elevadas ha un momento, le caían
y, en dulce balanceo y armonioso
vaivén, firme mostraban bizarría
de cervatillos saltarines y gozosos.
Si Natura pudo hacer tan bien compuestas
colinas de oscuras perlas coronadas,
¿por qué, oh adversa fortuna sin consuelo,
tan brevemente a luz fueron expuestas
y a su claustro tornaron, recatadas,
cuando ella hubo cogido su pañuelo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario