sábado, 15 de agosto de 2009

Beatriz


Suave como el vuelo de una abeja.
El sonido de los labios que susurran.
La mano y otra vez el tacto ausente.
Ciégame la luz de sus pupilas.
Quédanse huecas las palabras.
Blanda espuma confundida con la carne.
Amor mi mosse, che mi fa parlare.
Miro el silencio y me rindo a su evidencia.

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