José Manuel Caballero Bonald
Somos el tiempo que nos queda,
la nada que borra nuestro aliento,
la noche que obtura nuestros labios,
el aire que barre nuestras venas
con la sístole mortal de un viento helado.
Somos también la sombra de ese tiempo
que nunca viviremos y la sombra
de las sucesivas muertes que tendremos
antes de morir del todo.
Somos al fin la incurable costumbre
de respirar, de latir, de vivir sin remedio.
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